Qué es el Camino sino el propio Destino,
y el amigo tu propio vecino
caminando contigo a tu lado,
como una batalla labrada.
Por ganar, me comería las letras,
todas, desde la M hasta la S,
y por jugar jugaría
hasta con un recién nacido,
y por esperar esperaré
el vaticinio de mi despertar.
Por aguantar aguantaría
a toda la masa junta
recogida en su ausencia,
y en la complacencia complacería
hasta mi Sueño, o el de un Profeta,
que en su Laurel
recoge la oscura Palabra.
Salinas 1991
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