domingo, diciembre 09, 2007

CANTO





Canto lleno de pesares,
de dudas, de siniestras realidades;
canto a los pueblos,
a las naciones,
a los pobladores del planeta,
a otros mundos del Universo,
canto a lo universal:
canto al parado, al agobiado,
al muerto de hambre, al oprimido,
al necio y al que no lo es;
canto destartalado y un poco malhumorado,
pues mi canto es la reserva
de la llama que nos consume;
canto, canciones de paz y armonía,
canciones que se han de entonar cualquier día,
canciones misericordiosas y llenas de concordia;
canto cantos que ve mi alma en el espejo de esta vida
y canto, cánticos que sucederán algún día;
canto al Dios abierto
y le canto las fatalidades del mundo que me rodea,
para que véa quién es quien
y con quién se codea;
canto llanas plegarias a la Luz que nos gobierna,
la máxima Energía de mi canto es para tí
y para establecer la Cordialidad en la Humanidad;
y canto a los pájaros, peces y estrellas,
a los invertebrados
y hasta los más vertebrados,
a la materia inorgánica
y a toda la orgánica;
canto al eter, al aire y al sulfuro,
al cloruro y al oxígeno,
al hidrógeno y al andrógino;
canto a la seta y al parásito,
al nogal y al castaño,
a la castaña y a la nuez,
al cigarrillo y a la llama,
al alcóhol y a la colonia,
a la calabaza y a la remolacha,
a la flor y al perfume,
al ajo y a la cebolla,
a la lechega y el tomate;
canto a Whitman y a los suyos,
canto a los narcotraficantes
y a los que venden armas,
a las centrales nucleares,
al positrón y al electrón,
a la masa y al pan,
a la manteca y a la empanada,
al pelo y a los dientes,
a los ojos y a la gafas,
a la vagina y al pene,
a la gasolina y a los hidrocarburos,
al carbón y a la hulla,
a la madera y al gas butano,
a los chorizos y a los delincuentes,
a la prostituta y a los niños de papá,
al obrero y al ejecutivo,
a los planetas y al sol,
a la luna y los cometas,
a toda la Eternidad;
canto a los siglos pretéritos,
a los presentes,
y a los venideros,
canto a la mañana y a la noche,
a los Magos y Duendes,
a los ilusionistas y a los dormidos,
a los abocados y deprimidos,
a los seres ecuestres,
a la yegua y el caballo,
a las drogas y a los barbitúricos,
a las farmacias y a los estancos,
a los bancos y a las cajas fuertes;
canto al cerebro y al alma,
canto al espíritu y al cuerpo,
a las células y a las moléculas,
al agua y a los fluídos,
al glúcido y a las sales minerales;
canto a los minerales y a los generales,
canto a la fuerza y a la impotencia;
canto a la inmortalidad de las almas,
al cuerpo desnudo,
a los pechos y a los testículos,
a los forúnculos y las enfermedades;
canto al sueño y a la vigilia,
canto a Virgilio y a Homero,
a Dante y a Da Vinci,
a los poetas y a los profetas;
canto al niño y al vagabundo,
canto al Mundo y a las Ideas,
canto el eterno canto de las aves y los disfraces;
canto a la muchedumbre que no escucha,
canto a la trucha y al salmón,
al delfín y la ballena;
canto a los fantasmas y a las esferas,
a los pobres y a las escuelas,
a las secuelas y a la locura,
al devenir y al existir;
canto a filomela y al ruiseñor,
canto al señor y al esclavo,
a la punta y al clavo,
a la empresa y a la discoteca,
al periódico y a la televisión,
a la visión y a la ceguera;
canto a las Hadas y a las Musas,
a las Xanas y a las Meigas,
para que me comprendan
y me den el estímulo necesario
para comprender los mecanismos
escondidos dentro de nuestra mente
y poder entender a los Sabios y Exégetas,
a los Santos y a los Monjes
que por todo el Planeta están repartidos
y poder decir una vez más que los Ensueños
son parte de nuestros dominios y que se cumplirán.

Avilés, primavera 1994

No hay comentarios:

Publicar un comentario