Cuento y contaré
al mundo tu cuento,
mi cuento, mi vida,
tu vida, mi infierno
vivido durante
todo este tiempo
a causa de tu cuento,
el cuento del engaño,
del daño, del dolor
que me has ido originando
con los días por tu cuento,
el cuento de tu gente,
el cuento de la misma vieja,
el cuento de la lechera,
un cuento que se convierte
en caradura,
el cuento de hacerme
pasar una vida entera
deprimido y desorientado,
amargado por un olor
pestilente de pies,
agobiado por un dolor
persistente de cabeza,
desilusionado por un rechazo
humano, familiar, social,
acosado por el cuento
de unas gentes
que pretenden
vivir del cuento
de la buena vida,
el cuento del aprovechamiento,
del engaño como mandamiento,
del enredo como artimaña,
el cuento del sufrimiento,
de mi sufrir diario,
el cuento de tu rosario,
de tu propio credo
de un cuento estrafalario,
el cuento de tu invento,
de tu experimento conmigo
a través de los años,
ese cuento que ahora
escucho en el silencio,
el cuento de una madre
insensata, irresponsable,
cruel, nefasta, engañosa,
el cuento de una mujer
que no es persona,
el cuento de un personaje
artificial que se va construyendo
según el momento y la circunstancia,
según le convenga a la vieja
y a los que sigen su cuento,
el credo de la vieja pipa,
el cuento de vivir del prójimo.
Santa Marta 22 de mayo de 2007
