No sé si es tu pelo
o es tu boca
o son tu ojos
o a lo mejor es tu voz
con su deje
con ese tonillo
la que me aprieta
el último tornillo
de mi mente obtusa
que a veces abusa
de tu confianza
y me acerco
para saludarte,
para saber
cómo estás y te va.
Para La Cacereña de Filología (la del tambor enorme)
Santa Marta 11 de febrero de 2007
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