A CONCHITA PARA SUSANA

¿Qué es el amor...?
Y tú me lo preguntas.
¿Cuántas veces amaste Javier?
Tres dos uno dos tres.
Y tú qué crees,
preguntas por preguntar
sino lo sé, serían..., serían.
Un día vi una estrella
que se apoderó de mi razón,
la poca que me quedaba
y rompiéronse todos los platos
de mi vajilla prestada.
Me sentí feliz,
quizás no lo supre expresar
pero dudé en quererte más,
mas no pude y vi cosas
que un alma no puede demostrar.
Arrebatadamente loco lloro
y surco tus miradas
profundas y llenas de señales,
como paños mojados en tinte incoloro,
transparentes sonrisas azuladas.
Te oigo, se que te veo,
en mi, dentro,
alojada en mi corazón, razón,
mis zapatos de cartón
hoy te bailan jondo, hondo
y escarvo en los huesos
miradas que se unen.
Los rastros de tus despojos
los míos tuyos son.
Te busqué
y comprimido lloré
salmos de alegría.
Musa, numen de mi inspiración,
soplasme vientos, bocanadas,
torres y ramos de vientos,
energías del mañana de ayer y de hoy
y ahora te busco
entre vagones de silencio
y ahora te espero
entre gladiolos escocidos
y ahora te sueño
vírgen pletórica de la castidad
y ahora te lloro
lágrimas ensangrentadas de miedo
porque tuve miedo, lo tuve,
de tu frágil figura,
de tu perfecta dentadura,
de tus osjos en ocre bañados,
del bañador.
Conchita..., y ¿usted que opina?
Tres dos uno dos tres
y tú qué te crees
con los sentimientos no se juega,
y si se juega, los chicos con los chicos,
y las chicas, solas, como tienen que estar
solas y aburridas de tenerse que aguantar.

Salinas Navidades 1989