Espíritus sin vida se apoderan de los cuerpos,
egos inusitados contemplan su propia farsa
en el advenimiento del Tiempo,
caras que brillan en la Noche de los Espejos,
forajidos e intrépidos seres
danzan en caóticos simulacros
cual actores de una misma comparsa,
mecidos por voces rebeldes
de rebeldía maltrecha,
hecha a base de impulsos nerviosos
de neurasténicas emociones,
sinrazones de los cuerpos sin Espíritu
que vagan por las Calles de los confines Terrestres
luchando por fines irremisibles.
Santa Marta 1998
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