domingo, abril 17, 2005

SUSI

Calma de tus besos al despertar,
cuando el día amanece
su radiante beso de Luz,
cuando en incesante desconsuelo
te lloro eternamente mía,
cuando por tu ininterminable Amor
lloro tus propias lágrimas,
al amparo de tu calor,
al despertar el Sol,
cuando amaneces cada día
en tu cama solapada de sueños,
en ese momento en el que ves
tu nuevo amanecer
y te regocijas de ese Sol
de incansables rayos de Luz.

Salamanca 1999

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