Caminos de tinieblas,
suntuosos e iracundos
vecinos hermanos,
de lo entero
fruto carnal.
Crónicas de sinalefas
puras
entierran los dolores
y despiertan los ojos
taurinos,
médicos,
y profetas.
Fura la furia
entre algodonadas miradas
y la lluvia señala la voraz lejanía.
Cadáveres de sentimientos
mendigan en los rostros furtivos,
melancolías serenas disputan soledades,
vacíos movimientos especulan.
Salinas Navidades de 1989
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