Rara vez el hombre
piensa sobre el Origen de la Vida,
rara vez imagina
que éste se esconde
en el interior de su cabeza,
rara vez lo busca y,
si a sí fuera,
rara vez lo busca ahí,
porque para el hombre
la vida consiste, generalmente,
en disfrutar al máximo y,
si puede, no hacerse
preguntas como éstas,
pero el hombre al fin y al cabo
busca en su goce o disfrute de la vida
cosas tan gratificantes como la felicidad
y ni tan siquiera por remota idea
se da cuenta de que se haya
en el interior de su Mente,
y ni por asomo
cree que es el Origen de la Vida.
Salamanca 2005
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