miércoles, abril 13, 2005

AMANECER

Escucho el piar de los pájaros
y sueño que soy eterno.
Camino por una calle
que es de otro tiempo
al lado de mi amigo el Druida.
Sus pasos son de su época,
que no se sabe si es de ahora
de después o ya fue.
Caminamos juntos a cierta distancia
pero nuestras mentes se comunicaban
a través del Lenguaje del Cuerpo.
Yo hacía las preguntas
y él me pedía Calma,
Paz y Paciencia.
Yo me propuse muchas cosas
en esos momentos de Felicidad.
Me dispuse y le dije
que lo haría, día a día,
el Trabajo del Señor.
Buenos Días a Todos,
todos los días.
Ahora tengo el Poder y la Fuerza
de Comunicar el Legado de un Dios
que se encuentra en mi mismo
y que pide Clemencia hacia los Demás.
Tengo que respirar el Aire
y saber cuál es su Olor
que es el del Agua.
Atino en mis decisiones
y mi Cabeza se revuelve
por encontrar su sentido
pero el Druida me instruye
día a día,
en cada momento de mi Vida,
pues tengo que Saber Dar
los Buenos Días.
Salamanca 1992

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