martes, mayo 10, 2005

LA CASA DE SÁNDALO

Era una de esas casas en estado vetusto
con rincones donde todo era silencio,
un traspasar de la conciencia
hacia estados magníficos
donde todo era hermoso y tranquilo.
Transmitía Paz, absoluta Serenidad,
un aletargamiento total de la vida.
Su olor característico
se respiraba por doquier,
en cualquier esquina,
y recordaba días y noches
lejendarias en el tiempo.
En una habitación existía
el Silencio más absoluto
y todos los que se encontraban allí
soñaban el sueño de nunca acabar,
el de la Eternidad.

Salinas 1996

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