martes, mayo 10, 2005

MOVIDA NOCTURNA

Eran las seis y media y el bar comenzaba a cerrar.
Los rostros eran cada vez más ténues y opacos,
se oscurecían tras un frenético delirio de alcóhol
y drogas light, en un contínuo vaiven de músicas.
Los camareros rondaban la barra para satisfacer
el exquisito paladar de los últimos paisanos
que no se conformaban con agua de soda
y pedían chupitos de whisky, a poder ser del más caro,
ya que así se sentían más dentro de la movida
y la música les estremecía como a los corderos
creyéndose parte del juego nocturno,
no sin antes habiendo eructado varias veces
y escupido las flemas de los pulmones.
Ya amanecía, los rostros se oscurecían
en un tremendo vaiven de sombras oscuras,
la noche tocaba a su fin y los últimos
se bebían cuanto podían
con el fin de no despertar jamás
de la gran borrachera
que les espera al salir del bar.
Los barmans mientras hacían sus cosas habituales
bebían también y animaban a los presentes
a devorar hasta la última gota
que les cogiera en el estómago.
La música hacía estragos
y era cada vez más melódica y tranquila
invitando a la nostalgia de un cuerpo cerca
que se una por unos instantes de placer desmedido.
Se acabaron botellas de muchos tipos
y los tipos se iban despidiendo de la noche
como se despiden los reyes con sus coronas,
moviendo la mano y de mano en mano
se iban pasando canutos.
Esa noche se cerró a las siete y media
y todos medio borrachos, incluidos los camareros.

Salinas 1996

No hay comentarios:

Publicar un comentario