A LA MUSA DE MIS SUEÑOS

Viajo contigo entre músicas selectas,
entre un fiel deseo de encontrarme
sonriente, pletórico, lleno de vida,
por un ápice de sentimiento
por llenarme de tu persona
y sentirme como en una postal,
mirado por tí, observado,
comprendido por un instante.
Por sólo un instante de tu compresión.
Viajo vagando con mi delirio que te conquistó,
no sé por qué, pero tu me lo dirás algún día,
en un momento sincero,
o acaso me lo dirás con recelo.
Viajo contigo en un continuo fluir,
en un vaivén de sombras adversas de mi pasado,
entre una masa de complejos que me embargan,
me cargan, me llenan de malestar.
Viajo con mi sudario a cuestas,
con toda mi Fee puesta en conquistarte,
con todo mi anhelo en encontarte
feliz, relajada, acostumbrada
a la almohada de mis sueños.
Viajo, y por más que viajo,
no te encuentro como yo quisiera,
pues me gustaría que fueses Eterna,
como el Alma, como todo lo que es perdurable.
Perduraremos los dos si te unes a mí,
y sino las sombras oscurecerán mi rostro
hasta convertirme en un Espectro,
en un ser corrupto y malsano,
lleno de gusanos y harapientos harapos,
con un caracter perverso,
lleno de contradicciones,
y mis lecciones serán
un conjunto de locura
para mis discípulos.

Avilés 1994