viernes, noviembre 03, 2006

A DOLORES PARA FERNANDO

El dulce reflejo de la mañana
ahonda el sentimiento.
Cálido pasar por las estancias
sonidos lejanos se oyen.
Sonidos estruendos,
metamorfósicos sonidos escénicos,
susurrantes chispazos de lamentaciones,
con el doble filo de la vida.
Mendigo pasajero
vagaje en los bagares
insólito compañero.
Necesidad creadora
momentánea y superficial.
¡Y adversas consecuencias acontecen!
¡Y resuena la lluvia compañera del letargo!
¡Y cuelga el cuerdo de la cuerda!
Noche. Silencio.

Dedicada a mi hermana
Maria Dolores Cobaleda
Salinas Navidades 1989

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